DECRETO 463/2004, de 28 de diciembre, por el que se otorga la Medalla de Oro de la Generalidad de Cataluña a la entidad Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona.

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Rango de LeyDecreto

DECRETO

463/2004, de 28 de diciembre, por el que se otorga la Medalla de Oro de la Generalidad de Cataluña a la entidad Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona.

La Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona, hoy la primera entidad financiera de Cataluña, nació hace cien años como Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros.

Las circunstancias de su creación denotan bien la personalidad extraordinaria y las circunstancias peculiares que la nueva entidad tenía que adquirir. Su fundación el 5 de abril de 1904 fue una iniciativa colectiva propia de una sociedad, la catalana, que buscaba para sí misma las soluciones a sus problemas. Participaron en la misma las entidades cívicas más destacadas de Cataluña, entre ellas, la Cámara de Comercio, el Ateneo Barcelonés, el Fomento del Trabajo Nacional, el Instituto Agrícola Catalán de San Isidro y la Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del País.

El acontecimiento que impulsó la creación es también característico de aquel período tenso de la primera industrialización. En febrero de 1902 una huelga general había paralizado Barcelona durante una semana y había provocado muertos y heridos. Acabado el conflicto, un grupo de personalidades, conscientes de la necesidad de buscar medidas de armonía social, convencieron las entidades barcelonesas de encabezar una colecta de fondos para ayudar a las víctimas y a sus familias. Se especificaba en la misma, ya desde el principio, que si los recursos obtenidos lo permitían se quería que sirvieran de base para la fundación de una caja de retiro para los obreros o de alguna otra institución de defensa social. La Caja de Pensiones nació, pues, de una iniciativa colectiva que hoy llamamos sociedad civil y lo hizo con una insoslayable vocación social.

La Caja nació como una entidad de ahorros y de previsión social, pero pronto demostró que su talante era muy distinto al que mostraban entonces las cajas de ahorros tradicionales. La nueva caja supo ver que una gestión profesional a la búsqueda del crecimiento y la rentabilidad era la mejor garantía para poder realizar una acción social amplia y profunda. El inicio inmediato de una activísima política de creación de sucursales y el diseño de formas nuevas y más flexibles de previsión ofrecieron en pocos años resultados espectaculares.

Esta expansión económica extraordinaria fue la base de una acción social también del todo innovadora. En vez de los donativos tradicionales, instituciones y servicios...

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